ricard-garcia-vilanova_siria2012_002

Vecinos de Binnish escapan en estampida tras un ataque nocturno

Binnish, 23 de marzo de 2012

“¡Ma fi shey!” (no pasa nada)…. “Volved a vuestras casas”, gritaba por megáfono desde un motocarro un compañero revolucionario en el intersección que va hacia Toum y Taftanas para intentar detener, sin éxito, la estampida de vehículos repletos de mujeres y niños, cargados de bolsas y mantas, que huían de Binnish la noche del jueves. “Repetir hermanos: ¡No hay más Dios que Allah!”, animaba con su micrófono ante centenares de camionetas, taxis,  motocicletas, e incluso algún tractor,  que se agolpaban en el cruce de la carretera.

Cinco potentes explosiones en un intervalo de quince minutos originaron el pánico en la ciudad. Dos proyectiles impactaron en dos viviendas aledañas, situadas en un barrio al norte de la ciudad.  Afortunadamente no hubo ningún muerto,  sólo graves daños materiales en las casas.

En menos de media hora las calles se quedaron vacías y el silencio envolvió la noche. Nos quedamos allí parados durante un tiempo, observando la carretera desierta, mientras tomábamos la decisión de quedarnos o huir de la ciudad ante un posible ataque inminente. Un activista que conocíamos nos recogió en su coche y nos llevó a un lugar seguro a las afueras de Binnish para pasar la noche.

Desde el albergue se percibía el sonido de los motores de las “pick up” de los rebeldes que se alejaban en dirección a Sermin, donde las tropas de Bashar Al Assad mantienen el cerco desde el jueves. Durante toda la noche se escucharon ráfagas de disparos, de forma intermitente.

En  el último mes está localidad al noroeste de Binnish ha sufrido dos ataques con artillería pesada y tropas de asalto. El ejército sirio ha ocupado la ciudad por lo que resulta imposible retirar a los muertos que yacen en las calles o bajo los escombros, y evacuar a los heridos al centro de la Media Luna Roja en las localidades vecinas.  “No sabemos cuantos muertos habrá en total, sólo se han podido identificar 17 cuerpos”,  indicó a este diario Abu Abdo, jefe local del consejo revolucionario de Binnish.

Como cada viernes,  después del rezo del mediodía, los vecinos de Binnish se congregaron ayer en la plaza de “Los Mártires”, en el centro de la ciudad, para manifestarse en contra del régimen. Pero ayer los ánimos habían decaído bastante, a pesar hubiese mil personas en la plaza coreando consigas contra Al Assad.

Un grupo de jóvenes danzaba en círculo a ritmo de tambor, mientras el resto de manifestantes cantaba canciones de protesta. Un grupo de 50 mujeres veladas, que se resguardaba bajo unos soportales alrededor de la plaza, animaba haciendo palmas con las manos. Normalmente, los viernes “salen a la calle más de 5000 vecinos”,  aseguró un manifestante que se identificó como Ahmed.

ricard-garcia-vilanova_siria2012_001Binnish estaba en alerta.  Las columnas de humo procedentes de Sermin se veían detrás de los edificios, mientras retumbaba por toda la ciudad el eco de las explosiones.  El Ejército sirio volvió a ensañarse ayer con fiereza esta castigada localidad de 15.000 habitantes. Un joven de Sermin que escapó en la madrugada nos explicó que las fuerzas de Assad están castigando “tan duramente” esta vez en represalia a la muerte de un alto mando militar, familiar de Bashar al Assad, en una emboscada del Ejército Libre de Siria a las afueras de Sermin.

Después de la manifestación, unos vecinos nos llevaron en coche a ver las viviendas atacadas por artillería del régimen la noche del jueves. El ejército sirio tiene un asentamiento militar ubicado entre Sermin y Binnish. Desde allí suelen atacar de vez en cuando a los suburbios del noroeste de la ciudad.

Mohamed nos recibió en su casa para mostrarnos la azotea destrozada. Subimos por unas escaleras que están cubiertas de polvo de cemento y trozos de ladrillo.  La metralla ha destrozado un bonito cobertizo con plantas y rosales y una fuente de piedra. Mohamed es criador de canarios y guarda las jaulas en una cuarto en el tejado.  “¿Son mis rosas terroristas? ¿Son mis pájaros terroristas?”,  se pregunta, agitando los brazos con rabia, mientras apunta a una caja de cartón donde tiene apilados a quince canarios muertos.  Después de la explosión sacó a su mujer y a sus hijos de allí y los llevó a casa de unos familiares en Alepo.  “Todos los vecinos se están marchando, los niños tienen mucho miedo, no podemos vivir así”, se queja este pobre hombre.

Share via emailhttp://www.ethelbonet.com/wp-content/uploads/2012/03/ricard-garcia-vilanova_siria2012_002-150x150.jpg
Submit to reddit