Naguid Mahfuz, entre el laicismo y el fundamentalismo religioso

El Cairo, 05 de febrero de 2006

En medio de la polémica que se ha levantado en todo el mundo árabe por la publicación de las controvertidas caricaturas que hacen referencia al Profeta Mahoma en medios europeos,  en Egipto, se ha revitalizado otra vez la problemática sobre la novela del Premio Nóbel  Naguib Mahfuz,  “Los chicos de nuestro barrio”, que fue prohibida en 1959, en su Egipto natal. Y es que en estos tiempos que corren donde el islamismo fanático está al orden del día, parece que el autor egipcio ha moderado su discurso ante las presiones religiosas.

Mahfuz, que ha decidido volver a publicar esta novela , ha pedido un aval a la Universidad de Al Azhar, la más alta autoridad del Islam suní,  que en su momento, consideró el contenido ‘blasfemo’ hacia Alá y sus profetas. Esta actitud ha desatado el desconcierto entre los intelectuales laicos, que consideran que pedir la aprobación de los censores de la institución islámica significa aceptar su influencia y su autoridad en la cultura egipcia.

Pero lo que más ha sorprendido a los círculos intelectuales es que Mahfuz ha llegado incluso a solicitar que un notorio islamista, Ahmed Kamal Abu el Magued, le escriba el prefacio de la obra para ‘lavarla’ de cualquier contenido sospechoso. Abu el Magued defiende en su prefacio la novela porque no contiene ataques, ni siquiera velados, contra la religión, Alá ni los profetas del Islam.

Sin embargo, el periódico egipcio “Las noticias de Literatura “ (Ajbar al Adab) , ha publicado esta semana dos informes de Al-Azhar sobre la novela . El primero de ellos, dice que se  recomienda  no publicarlo  ni en libro, radio , televisión o cine .  El segundo , escrito unos días después, directamente prohíbe la publicación de la “maldita” obra. Textualmente dice:  la Asamblea de los estudios islámicos decide prohibir, negociar y publicar la novela .

“Hijos de nuestro barrio” está también ambientada en El Cairo, aunque fuera de la “Pentalogía realista”,  ya que es mucho más espiritual y religiosa. Habla de forma simbólica sobre las tres religiones , y el narrador en el final de la novela sigue con la esperanza de que “el futuro llegue con la Ciencia y el Saber“.

El critico egipcio Hassan Atteya,  que publicó un libro en español sobre (Naguib Mahfuz en el cine mejicano) 2002 (Alejandría) y otro, con varios autores,  también en español  “El mundo de  Naguib Mahfuz”, 1990 (Madrid), ha dicho a La Razón que desde que el escritor  recibió en 1992 dos puñaladas en el cuello y en el vientre por parte de un joven fanático islamista que pensaba que sus libros generalmente , sobre todo la citada novela, eran “blasfemos”, está prácticamente “casi ciego y sordo“, y vive retirado en su casa al margen del Nilo,  muy mermado físicamente a causa de la edad y de las secuelas del ataque.

El premio Nóbel de Literatura , que nación en 1911, ha sido considerado como el “padre de la prosa árabe contemporánea”, recibió en 1972 el “Premio Nacional de las Letras Egipcias” y el “Collar de la República”, el más alto honor en su país. Recoge desde el escenario del mundo árabe temas vinculados al poder, la religión, las costumbres, la pobreza, la violencia, el amor, los secretos de la vida y la muerte, así como la búsqueda de la felicidad.

En su obra hay un permanente contenido de expresiones religiosas mezcladas con la vida social y común, que presentan una forma diferente de ver las cosas a las de la “cultura occidental y cristiana” de la que a veces nos es difícil separarnos para interpretar los fenómenos de otras latitudes y otras épocas, apunta Atteya.

Igualmente, se presentan polémicas sobre diferentes enfoques desde la fe musulmana. “Se dice que “Dios es demasiado justo y compasivo para tratar como culpables a personas inocentes” y que “Dios no tiene necesidad de venganza, ya que los atributos del Dios Todopoderoso son la sabiduría y la compasión”., explica, al tiempo que añade que “los hay que creen que las tragedias que afligen a las personas aparentemente inocentes son señales de una justicia vengativa, de una sabiduría incomprensible para los humanos“.

También se dice que según interpretaciones escolásticas de los textos del Corán: “la venganza es compasión” y que “el sufrimiento me mantiene en contacto con la sabiduría de Dios”,  por lo que mediante la tristeza, el hombre “se santifica y se prepara para la alegría divina“, explica.
Para Atteya, el novelista egipcio es uno de aquellos autores , como Norman Mailer o Salman Rushdie, cuyo la biografía y vistas políticas a veces ensombrecen su ficción.  “De verdad, como escribe Menahem Milson en su revisión lúcida y profunda de la carrera de Mahfouz, él es tanto ” el escritor más popular de Egipto ” como ” la conciencia literaria de su país “, afirma.

Este coloso del mundo árabe cultural tiene vistas sumamente atractivas, entre otros, los problemas clave que afrontan los Egipcios sobre el Islam fundamentalista . Él, coherentemente, señala el crítico, aboga por una perspectiva “moderada y sensible“, al tiempo que matiza que aunque Mahfuz se declara musulmán él mismo, “desconfía profundamente de los musulmanes fundamentalistas”.

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