Hariiri

La vuelta del hijo pródigo

Beirut (El Líbano), 22 de noviembre de 2017

Saad Hariri regresó como el hijo pródigo al Líbano. Tan sonada ha sido su vuelta que ayer le robó todo el protagonismo al Día de la Independencia (la fiesta Nacional), convirtiendo este 22 de noviembre en el “Día de Hariri”.

Más que hacia el desfile militar todas las miradas se dirigieron a la tribuna en la que se sentaron el presidente del Líbano, Michel Aoun, a su izquierda, Hariri (en condición de jefe de Gobierno ) y a la derecha el presidente del Parlamento, Nabih Berri, A pesar de los esfuerzos en aparentar normalidad, se respiraba indiferencia entre los tres dirigentes, que observaban atentos las acrobacias aéreas en el cielo.

Después, Hariri y el presidente Aoun mantuvieron una reunión en el palacio presidencial de Baabda, mientras decenas de miles de libaneses con las bandera azules del bloque Futuro (el partido de Hariri) se congregaban a las puertas del Gran Serrallo,  el palacio de Gobierno, a la espera de su líder.

LEBANON-HARIRI - Posters of Saad Hariri

Sin quererlo, Arabia Saudita ha convertido al dimitido primer ministro libanés en un héroe o un mártir en El Líbano. Saad siempre estuvo a la sombra del fantasma de su difunto padre Rafiq (Hariri) el rico empresario y ex primer ministro, asesinado el 14 de Febrero de 2005, en Beirut.  Pero, ahora,  tras los acontecimientos de las dos últimas semanas Hariri es el hombre del Líbano.  Todo el centro de Beirut, desde la plaza de Sasine, feudo de las falanges libanesas,  y aliado político de Futuro (el partido de Hariri) en el bloque “14 de Marzo”, hasta Hamra, bastión suní de Hariri está empapelado por cientos de pancartas con el lema: “Todos estamos contigo (en apoyo a Hariri)”.

La rocambolesca renuncia del primer ministro libanés ha dado un giro de 180 grados después de que el presidente libanés le pidiera suspender su dimisión a la espera de futuras negociaciones entre los diferentes grupos políticos.

“El presidente Aoun ha propuesto abrir una mesa de negociaciones para discutir el futuro de Hariri y del Líbano”,  indica el parlamentario Kazem Kheir, por el bloque Futuro.

“Hariri tiene que seguir como primer ministro.  Él representa la unidad, sin Hariri no habrá paz ni estabilidad. Hariri ha conseguido mantener al Líbano fuera de los conflictos regionales. Él está en contra de las injerencias de Hezbolá en Siria, Irak y Yemen”,  sentenció Kheir.

Hariri ha puesto como condición para regresar al puesto de jefe de Gobierno que  “Hezbolá retire a sus milicianos de Irak y Siria y que deje de atacar verbalmente a Arabia Saudita”, dice una fuente cercana a las negociaciones.

Precisamente, el acercamiento o la tolerancia del gobierno libanés al partido-milicia Hezbolá podría haber sido el motivo principal por el que Hariri fue “llamado a consultas” a Riad, donde anunció su sorpresiva dimisión el 4 de noviembre.

El reino saudí, que tiene intereses en El Líbano, busca contrarrestar el poder de facto  de la milicia proiraní Hezbolá, que controla desde las decisiones políticas a las militares en el país del cedro.

Una horda de adolescentes con fotografías y  pancartas de Hariri tomó las calles del centro de Beirut. “Damos nuestra sangre, nuestra vida por ti Hariri”,  gritaban desgalillándose grupos de jóvenes musulmanes  sunís.

El ambiente iba caldeándose a medida que se iba acercando la hora para la esperada aparición de Hariri.  Vestido con una chaqueta sport, el millonario primer ministro, ahogado en deudas, proclamó desde el balcón de su residencia oficial que se quedará en el país para formar, “todos juntos, la línea de defensa de El Líbano, su estabilidad y su identidad árabe”. “El Líbano está primero, por encima de cualquier cosa”,  exclamó en un discurso,  sin despejar las dudas sobre su renuncia.

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