CRISTIANOS EN ERBIL

El último refugio de los cristianos en Irak

Erbil, Kurdistan Iraquí, 02 de febrero de 2014

Unos jubilados juegan al  “trick track” (una juego de mesa árabe parecido al backgammon), en  la cafetería del Centro Cultural Caldeo de Ainkawa, en Erbil, capital del Kurdistán iraquí. Al lado, un grupo de niños ensaya para una representación en el salón de actos. El ambiente es distendido y familiar.

Hace 18 años hubiera sido impensable para los cristianos, mayoría católicos caldeos, tener un club social y cultural donde reunirse.  Y no solo cuentan con un centro cultural, sino también un museo de arte Siriaco, nuevas iglesias, seminarios, escuelas y un programa de televisión en arameo que se retrasmite en Kurdistán TV.

La sede de la diócesis de Ainkawa es la catedral de San José, una edificación moderna que imita al estilo babilónico. Monseñor Bashar Warda es el pontífice más joven que ha tenido esta basílica católica caldea.  En los terrenos de la diócesis se ha construido el nuevo seminario de San Pedro que fue trasladado de Bagdad por razones de seguridad.

CRISTIANOS EN ERBIL La región autónoma del Kurdistán, que consiguió su independencia en 1991 tras la primera guerra del Golfo,  podría considerarse el último refugio de los cristianos en Irak, donde de momento son tolerados, aceptados y pueden plantear algunos derechos.

Pero a Jenin Polis le hierve la sangre cuando se utiliza el término de “minoría religiosa” para referirse a los cristianos.  Jenin es toda una mujer de carácter que engaña a primera vista con aspecto físico de señora bajita y regordeta.

“Desde hace más de 6000 años esta tierra, cuna de la civilización Mesopotámica, pertenece a los cristianos (caldeos y asirios)”,  reivindica Polis, que dirige la revista “Beith Ainkawa”, una publicación mensual del Centro Cultural Caldeo.

Después de muchas persecuciones y amenazas de muerte a manos de los grupos radicales musulmanes, miles de familias cristianas escaparon de las ciudades de Basora,  Bagdad y Mosul para refugiarse en Ainkawa. Antes de que Estados Unidos invadiera Irak en 2003,  había alrededor de 1, 2 millones de cristianos, ahora no quedan más de 300.000 en todo el país.  Además de católicos caldeos, que representan el 75 por ciento de los cristianos,  están los asirios o  nestorianos, seguidos de siriaco-ortodoxos, y en menor número armenios y  protestantes.

Aunque reconoce que Mesud Barzani, presidente del Kurdistán iraquí, ha implementado reformas democráticas como el sistema de cuotas para la protección de las minorías étnicas y religiosas, que se reserva al menos 6 escaños a los cristianos (5 para los caldeos, asirios y sirios y otro para los armenios) en el parlamento kurdo, “los cristianos no somos ciudadanos con plenos derechos”,  se queja Polis.

“El gobierno kurdo es nacionalista y aunque en las escuelas cristianas sea oficial estudiar en  arameo (la lengua de Cristo), los alumnos que quieren cursar estudios superiores están obligados a estudiar en lengua kurda”, critica Polis.

Esto se ha convertido en un problema ya que muchos de los cristianos que se refugian en Ainkawa provienen otras ciudades de Irak, por lo que sólo hablan árabe y  unos pocos el siriaco o arameo.

El siriaco,  explica Polis, “es la legua litúrgica que se utiliza en todos los ritos cristianos en Irak, pero debido a nuestra condición de minoría en muchas zonas del país, donde hay mayoría musulmana, los cristianos tienen miedo a hablar su lengua”.

Su defensa a ultranza de los derechos de los cristianos en Irak le ha costado algún que otro desaire con las autoridades locales, que en varias ocasiones la han amenazado con cerrarle la revista.

Ahora las amenazas son mucho más serias. Desde hace unas semanas, no contesta a ninguna llamada de teléfono que no sea desde un número registrado.

“He recibido varias llamadas anónimas con amenazas de muerte por haber publicado un articulo sobre la geografía de los cristianos en Irak”, advierte la directora de la revista.

“Si no podemos enseñar la historia de los cristianos a nuestros hijos, desaparecerá nuestra identidad”, lamenta la misma.

Recientemente se descubrió  un sitio arqueológico con vestigios cristianos en Nayaf (sur de Bagdad) en unas obras para ampliar el aeropuerto. “Las autoridades iraquíes no han hecho nada porque temen que lo reclamemos como lugar histórico. Quieren hacernos creer que somos minoría para que no podamos reclamar nuestros derechos legítimos”, critica Polis.

“El nombre de la antigua fortaleza de Erbil significa:  Los cuatro Dioses,  en siriaco. Y Ainkawa, deriva de Anko, que también es siriaco”, explica con pasión Jenin, que nos invita después de la entrevista a visitar la Iglesia de San Jorge, la más antigua de Ainkawa, que data sobre el siglo VI.

Por desgracia,  la realidad es que los cristianos de Irak siguen siendo parias en su tierra.

CRISTIANOS EN ERBILLa violencia sectaria ha obligado a cientos de miles de cristianos a  emigrar a otros países y los que  han permanecido han buscado protección en el Kurdistán.

“Los cristianos no tenemos milicias, ni armas, somos gente de paz.  La situación en Irak es muy peligrosa. El gobierno iraquí es muy débil.  Más bien el gobierno de Nuri Al Maliki se limita a la Zona Verde de Bagdad. Mas allá es todo anarquía, un sin gobierno”, denuncia Alin Saraha, un cristiano de Mosul que emigró con su familia a Ainkawa hace cinco años tras haber recibido amenazas de muertes de los islamistas.

“Antes los islamitas te peían dinero por ser cristiano, ahora directamente te pegan un tiro en la calle”,  advierte Saraha.

Uno de los episodios más tristes que ha vivido la comunidad cristiana de Irak en los últimos años fue el secuestro y asesinato del arzobispo de la Iglesia Católica Caldea de Mosul, Matran Paulos Faraj Rahho, en 2008.

“Los secuestradores devolvieron el cuerpo descabezado de Matran Rahho”, recuerda con horror este cristiano de Mosul.

Fahmi Mati Sulaqa es el alcalde más antiguo de Ainkawa, que permaneció durante 18 años en el puesto.  Se le ve un hombre muy campechano que le gusta reunirse en cafés populares y empalma cigarrillo tras cigarrillo.

“Durante el régimen del Baaz, Ainkawa era una zona rural donde no había más de 1.700 viviendas. Hoy hay más de 10.000 y una población de 30.000 habitantes”, indica el ex alcalde cristiano, que no oculta su admiración por el presidente Barzani.

“Sadam Husein ignoró Ainkawa por cuestiones étnicas y sectarias.  Nos privó de los derechos básicos, únicamente por ser cristianos”, denuncia Sulaqa.

“El presidente Barzani aboga por el respeto y la tolerancia de las minorías religiosas y gracias a sus políticas,  los derechos de los cristianos se están implementando en el Kurdistán. Y donde hay mayoría cristiana hay un gobierno civil cristiano”, admite Sulaqa.

El Papa Benedicto XVI visitó Erbil en octubre de 2010 y declaró que el Kurdistán iraquí es “un ejemplo único de tolerancia religiosa y respeto a las diferentes culturas”, recuerda el ex alcalde.

“Desde que asumí mi cargo en el gobierno local no ha habido ni un solo incidente sectario en Ainkawa”,  subraya Sulaqa, antes de puntualizar que “mientras los islamistas radicales quemaban iglesias en Bagdad, como la de Saida Nayas, o asesinaban a  obispos cristianos, en Erbil se construían nuevas iglesias y seminarios”.

Sin embargo, a pesar de la relativa calma que se respira en el Kurdistán,  el pasado 29 de septiembre Erbil fue objetivo de un ola de atentados con coche bomba, en el que murieron al menos seis personas. Esta claro que en Irak no hay ningún lugar seguro para los cristianos.

 

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