El hijo rebelde de Osama Bin Laden

El Cairo, 07 de noviembre de 2008

El gran sueño de Omar (Awad) Bin Laden, el cuarto hijo del terrorista más buscado del mundo, es “vivir en Europa”, explica Claude Stemelin, uno de sus escasos amigos en Egipto.  “(Omar) está obsesionado con esta idea. Quiere ir a Europa sea como sea”, agrega Stemelin.

Este fotógrafo francés, que reside en El Cairo desde hace 18 años, se sorprendió cuando Omar le dijo hace un par de semanas que se marchaba a Casablanca (Marruecos) por “un tiempo indefinido”.  “Al leer en la prensa que él había pedido asilo en España, entendí la jugada”, explica Stemelin, que considera que el viaje inesperado a Marruecos era la excusa para poder entrar en España.

Bin Laden “junior” y  su esposa británica, Zaina al Sabah, llegaron a Madrid en un vuelo procedente de El Cairo el pasado día 4 y pidieron asilo político en España porque Omar “no se siente a salvo ni en Egipto ni en ningún país de la zona”, según declaraciones de al Sabah. La petición ha sido denegada, y, aunque la pareja presentó un recurso, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció que su departamento se opondrá porque considera que el hijo del líder de Al Qaeda no cumple ninguno de los requisitos exigidos para que se le conceda el asilo.

Las pretensiones de Omar se han visto frustradas, una vez más,  ya que,  anteriormente,  el Gobierno británico también le prohibió la entrada al Reino Unido.

Detrás del interés que suscita el apellido Bin Laden, este joven saudita de 28 años, casado con una británica que le dobla la edad,  no es más que un hombre “angustiado, aislado y arruinado”. Así es como lo describe su socio y amigo Stemelin.

El hijo del terrorista más buscado ha roto por completo sus lazos familiares y no recibe ningún tipo de ayuda por parte de sus parientes ricos. “Omar y Zaina están atravesando dificultades económicas”, nos revela su socio francés, mientras detalla que la esposa ha tenido que vender su piso en Reino Unido para poder tener dinero en efectivo. La pareja es “muy reservada, no hablan nunca de su vida privada”. Omar se limita a decir que “algunos amigos les ayudan económicamente”.

Stemelin y el matrimonio Bin Laden iban a emprender un proyecto turístico, unas jaimas (tiendas beduinas) para tomar té y fumar sisha (pipa de agua) y organizar paseos a caballo por el desierto cerca de las pirámides de Abu Sir, pero Omar y su mujer “no tienen dinero en estos momentos para financiar el proyecto”.

La pareja vive en un pequeño apartamento alquilado en Rihab, un barrio de nueva construcción a las afueras de la capital egipcia. “Lo único que posee Omar es un lujoso Audi que también se lo habrá regalado algún amigo”, dice con sorna Stemelin.

Omar vino a El Cairo hace más de tres años para visitar a su tío Haled Bin Laden. El Sheij Haled, como se le conoce en Egipto, posee una impresionante finca con caballos “Rabab Farm”, cerca de las pirámides de Giza, además de ser uno de los dueños de la compañía multinacional Bin Laden Group, ligada al mundo de la construcción.

Aficionado a los caballos, como la mayoría de los árabes, el hijo de Osama pasaba las tardes montando a caballo con su primo Salim, de 23 años. Un día, en uno de sus paseos por el desierto que rodea a las famosas pirámides de El Cairo, Omar conoció a Zaina, de 53 años, que antes de convertirse al Islam se llamaba. Jane Felix-Browne. Por aquel entonces, Zaina vivía en la Península del Sinaí tras haberse divorciado de su cuarto marido, un jeque kuwaití. La pasión por los caballos unió a esta pareja que se casó en Egipto en julio de 2007.  Bin Laden junior estaba casado con otra mujer, su prima Rasha de 20 años, con la que tuvo un hijo. La familia se instaló en Yeda, donde Omar abrió un negocio de chatarra. El hijo de Osama Bin Laden se divorció de su esposa saudita meses después de sus segundas nupcias.

Otro de sus amigos, Hisham Berish, dueño de uno de los establos en las pirámides de Abu Sir, asegura que fue el divorcio con su prima Rasha y no su segundo matrimonio lo que deterioró las relaciones de Omar con su familia. “El Sheij Haled no lo aceptó nunca más en su casa y no ha vuelto a ver a su primo Salim”. Haled Bin Laden tiene cuatro esposas, una de ellas también es británica.

A partir de entonces empezaron los problemas para Omar. Sus parientes en Arabia Saudita le rechazaron, al igual que su familia en Egipto.

Al principio, el hijo de Osama Bin Laden iba todos los días al establo de Berish a montar una yegua blanca, que había arrendado. Pero desde hace unos meses, “Omar dejó de pagar el alquiler porque dice que no tiene tiempo para montar a caballo, porque está escribiendo un libro sobre su padre (Osama)”, explica el instructor, aunque él cree que se debe a sus problemas económicos.

El libro que está escribiendo Omar sobre la vida de Osama Bin Laden es uno de sus secretos mejor guardados. “No le gusta hablar de los años de juventud que pasó junto a su padre”, asiente Stemelin. “Dice que lo guarda para su libro”, agrega.

Aunque el hijo del líder de Al Qaeda  se declara pacifista, y en contra de las actividades terroristas de su padre, en varias entrevistas ha defendido que “(Osama) es una buena persona. Mi padre no es un terrorista, él ha intentado defender a su manera al mundo islámico”.

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