La Terminal de Zuitina: ¿próximo objetivo de Gadafi?

Zuitina, 06 de abril de 2011

Abdel Latif Alam, gerente de la Terminal de Zuitina –a 20 kilómetros de Ajdabiya-, tiene todavía el susto el cuerpo porque hace 10 días las tropas gadafistas atacaron y ocuparon por dos días estas instalaciones petroleras –a 20 kilómetros de Ajdabiya-, pero se muestra esperanzado después de que el martes arribara al puerto de Marsa el Hariga, cerca de Tobruk, el primer carguero para exportar el crudo de la Libia rebelde. “Nunca hemos parado la producción, pero hemos bajado los niveles. Por cuestiones de seguridad, hemos reducido el personal al mínimo: 20 libios y 10 expatriados filipinos.

La Terminal de Zuitina suministra todo el gas de Bengasi y Ajdabia y abastece también a Europa. Según el gerente, el 25 por ciento del gas de toda Libia se concentra aquí. En cuanto a la planta de crudo, asegura Alam, los tanques tienen capacidad para almacenar “cuatro millones de barriles”. “Si viniera un carguero, en 10 días estaríamos listos para exportar el crudo y empezar a comercializarlo”, aspira el gerente con la vista puesta en el desértico muelle.

El 17 de marzo, tres tranques avanzaron por el desierto y se situaron  a la entrada de la Terminal, destruyendo con su artillería la garita de la puerta, varios de los edificios, entre ellos, el hangar del aeródromo. Después llegaron las tropas a la Terminal y la asaltaron con armas pesadas como lanzacohetes y ametralladoras. Un misil grad impactó en uno de los enormes tanques blancos de gas y “milagrosamente” no explotó. “Si se hubiera producido la detonación dentro del tanque, todas las instalaciones y la vecina localidad de Zuitina habrían sido arrasadas”,  exclama preocupado.

Como la mayoría de los libios del este liberado, Alam condena la “insuficiente” intervención de la OTAN  para bombardear las posiciones gadafistas en Brega que ha permitido, ante un ejército improvisado rebelde incapaz de repeler los ataques del régimen, que las huestes del coronel se hayan acercado peligrosamente a las puertas de Ajdabiya. En una semana, los insurgentes libios han perdido la refinería de Sidra, las instalaciones de Ras Lanuf y ahora Brega.

Llama la atención que únicamente una decena de militares desertores custodien las instalaciones. Un par de baterías aéreas y unos cuantos kalashnikov para detener un eventual ataque de las tropas del régimen. La Terminal no esta segura, aunque Alam insiste en que ahora, la situación está “bajo control”. Antes de que estallara la guerra civil, la Terminal petrolera podía llegar a producir 50.000 barriles de crudo diarios para proveer a la compañía austriaca VAOS, la italiana AGIP y la estadounidense OXY.

Por primera vez las tropas gadafistas atacaron los pozos petroleros del este, bombardeando un de los oleoductos situados en la localidad de Misala, a unos 400 kilómetros al sur,  para boicotear el envío a Tobruk. En esa región se encuentra el yacimiento de Sarir,  el mayor del país, por cuyo control se enfrentan ambos bandos.

Para los rebeldes que siguen soñando con una nueva Libia sin Gadafi, la exportación de los recursos naturales de gas y petróleo será su moneda de cambio para prosperar el país. Libia, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, tiene una producción diaria de 1,3 millón de barriles de crudo y una reserva de 36.000 millones de barriles, lo que representa el 50 por ciento de su economía.

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