La revolución no islámica de los Hermanos Musulmanes

El Cairo, 10 de febrero de 2011

Los islamistas conforman el grupo organizado más fuerte y numeroso del país

Si bien el ilegalizado pero influyente movimiento de los Hermanos Musulmanes no secundo en un principio las revueltas de El Cairo -aunque permitió a sus juventudes apoyar a los manifestantes-, ahora los rostros más vistos en la plaza de Tahrir son los de tipos barbudos con túnicas y de mujeres con la cabeza cubierta.

Cuando se acercan a un periodista extranjero, intentan dar un discurso de unidad, de fraternidad, se limitan a pedir el fin del régimen, ya que es su objetivo común.

Pero en su forma de hablar y en su manera de argumentar se ven claramente las diferencias. En un lado de la plaza están los religiosos, partidarios de los Hermanos Musulmanes. En el otro están los izquierdistas y liberales laicos.

“Mentira. Aquí no hay líderes ni facciones. Todos somos egipcios, todos hermanos, estamos juntos, somos el pueblo contra el régimen”, argumenta Molham Abdulrazic,  partidario de los islamistas ,  en las protestas de Tahrir.

Insistiendo en la idea de unidad, los Hermanos Musulmanes buscan evitar que la revuelta despierte los fantasmas del islamismo, que se les compare con el levantamiento iraní del Ayatolá Jomeini.

“Qué tendrá que ver la revolución de Irán con la de Egipto. No es cierto. Eso es lo que quieren hacer ver los aliados de Israel y el Régimen lo utiliza como medida de presión para asustar a los gobiernos occidentales. En el Islam no existe el concepto de gobierno religioso, sólo existe el concepto de gobierno laico democrático”, argumenta Rachad Mohamed Al-Bayoumi, numero dos de la organización islamista,  desde su despacho en la sede de Manial El Roda.

“Aquí no existe la revolución islámica, sino la democrática. Todos tienen miedo de nosotros pero están equivocados”,  insiste en una entrevista.

Al Bayoumi asegura que ni siquiera se van a presentar a las elecciones presidenciales para no despertar recelo: “No vamos a presentar a un candidato para las elecciones. No queremos la presidencia. El que elija el pueblo egipcio va a ser el presidente. A lo mejor si participamos en las elecciones es sólo para apoyar”.

Sobre el modelo de estado que pretenden establecer si algún día llegan al poder,  Al Bayoumi aclara que creen en la democracia electiva. “Respetamos la justicia humana. Si un estado islámico no respeta la justicia humana, no lo queremos. Y si la democracia garantiza la justicia, queremos un estado democrático”, declara el numero dos de la hermandad musulmana, al tiempo que precisa que si llegan a gobernar en Egipto respetaran a todos: “Tenemos muy buena relación con los coptos. Son nuestros hermanos. En la plaza Tahrir, hay muchos cristianos de distintas iglesias. Y todos son ciudadanos egipcios. Tenemos muy buena relación con todos”.

Apartados oficialmente de la escena política, las actividades de los Hermanos Musulmanes han sido hasta cierto punto toleradas en Egipto desde hace años, incluso con representación parlamentaria como candidatos independientes. De hecho,  el domingo se sentaron en la mesa de negociaciones con el vicepresidente Omar Suleiman, algo que nunca había ocurrido antes en el país.

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