Hamás revienta a Al Fatah

Gaza, 01 de junio de 2006

No hay que olvidar que el resultado de las elecciones palestinas, que ha dado la mayoría absoluta al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), ha sido un lección para el mundo de “auténtica democracia“. La sociedad palestina, estancada en una crisis económica y social,  ha unido su voz para castigar la corrupción del partido dirigente Al Fatah y ha otorgado la victoria a los radicales islamistas. Hamás, con su red de servicios sociales,  ha ido ganándose poco a poco la confianza de los palestinos. Y esta ha sido, sin duda, su principal arma para derrocar  a Al Fatah. Desde hace 10 años trabaja con asociaciones locales para ayudar a los más necesitados,  especialmente, enfermos, viudas y  niños huérfanos.  Ha creado la primera asociación de caridad para huérfanos, en la que residen permanentemente 250 niños.  Este hogar, que se fundó en 1993, en la ciudad de Gaza, también es un una casa de adopción, y hasta el momento,  unos 75 niños han sido recolocados en familias. El centro cuenta con un gimnasio de rehabilitación para los discapacitados, y también para los heridos durante la Intifada. Además, unos 4.000 niños, huérfanos de padre , reciben ayudas económicas y reparten al año 5.000 mochilas con material escolar, y ofrecen cursos de formación profesional  para la reinserción de los discapacitados al mundo laboral.

Pero las consecuencias de esta opción política, elegida democráticamente por el pueblo palestino, ensombrecerá el futuro del proceso de paz si se rompe el diálogo con Israel, y mermará las libertades individuales si se constituye un Estado Islámico.

Con un enorme interrogante se presenta el horizonte político de Palestina. Hamás desde la retaguardia sabía como organizar el combate, pero ahora que le toca estar en primera línea de fuego se ha dado cuenta de que el campo de batalla es más extenso y que son muchos los enemigos contra los que tendrá que luchar.  Las primeras reacciones de Israel  y Estados Unidos han sido congelar las transferencias a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) generadas por impuestos y aduanas. Las finanzas de la ANP dependen de la ayuda de los países donantes, que cada año le transfieren cerca de 1.000 millones de dólares.

El grupo integrista, que no reconoce el Estado de Israel, ni acepta los acuerdos alcanzados en Oslo, se ha brindado a formar un gobierno de Unidad Nacional con el resto de formaciones que conforman la arena política de la OLP -Alianza de Fuerzas Palestinas, fundada en 1994 -, pero desde la oposición se mira con recelo esta iniciativa, a la espera de recibir las ofertas de Hamás.

Por su parte, el derrocado partido oficialista de Al Fatah ha dejado claro que no compartirá gobierno con Hamás. El presidente de la ANP, con el miedo en el cuerpo al ver debilitado su poder y contrario a sus propias iniciativas,  ha retomado la dirección del Ministerio del Interior, para controlas las Fuerzas de Seguridad, en prevención a los episodios de  caos y  anarquía  que se avecinan. La dirección de Hamás ha pedido a sus milicianos calma y moderación.

El representante del movimiento extremista en el Comité Nacional Islámico, Jalil Nofal, alias Abu Bakar, aseguró a  la Clave que su deseo es que todos los partidos , incluida “la gente honesta “de Al Fatah, entren a formar parte de la Asamblea Nacional, porque, sostiene, “no se puede hablar de democracia palestina si no se empieza a trabajar desde dentro del Gobierno”. “Por fin podemos dar un mensaje de tranquilidad a Europa: Va a ver una democracia y esto se va a demostrar con las relaciones con otros países árabes e islámicos, que se van a tratar con respeto, porque ahora Hamás va a ser parte del Parlamento Árabe como miembro de la Liga Árabe”,  manifiesta.

Abu Bakar confía en “los buenos resultados” que darán las conversaciones que mantendrá Hamás con la Unión Europea (UE),  pues “ésta ha sido la elección del pueblo palestino”, asiente, al tiempo que matiza que “ si están tan preocupados en occidente, que nos devuelvan nuestros derechos y así no habrá armas, ni resistencia”.  Y tras estas declaraciones,  su tono se vuelve más crítico: “ de ninguna manera vamos a vender nuestro pueblo y nuestros derechos a cambio de dinero como ha hecho Al Fatah”, en referencia a las ayudas internacionales que recibe la ANP para pagar los 150.000 salarios de los funcionarios de la administración  y las fuerzas de seguridad. En la misma línea de denuncia, añade que 53.000 puestos de trabajo “son falsos“,  y  que ese dinero va a parar a las arcas particulares de los políticos dirigentes.  “No necesitamos las ayudas, con el dinero que nos han robado, podemos crear muchos puestos de trabajo“,  puntualiza.

El representante de Hamás, dice que “la resistencia” es uno de los puntos clave de su programa político, por lo que “no decepcionarán” al pueblo palestino que los ha apoyado.  Según Abu Bakar, la causa palestina se ha debilitado con el Gobierno de Al Fatah. Por eso, apunta que su misión será “trabajar fuerte para devolverla al lugar que se merece”. Para Nofal la reivindicación histórica del territorio palestino, con capital en Jerusalén,  trasciende a todo el mundo árabe e islámico, porque “para que haya estabilidad en el mundo, habrá que tenerla aquí”.  “Juntos con los otros gobiernos islámicos haremos una revolución pacifica, pero sí no lo solucionaremos con la violencia. No habrá diálogo con Israel”, sentencia.

Las facciones más radicales, por el contrario, ven como “una traición” la entrada de Hamás en el terreno de la política, pues las presiones internacionales le llevarán a abandonar las armas.  Para Nasef Asam, uno de los principales líderes de la Yihad Islámica, “ésta es, sin duda, una nueva época para la causa palestina“.  Con cautela y comidiendo su discurso, dice que “no vamos a adelantarnos. Vamos a escuchar, estudiar y negociar con Hamás, para después decidir nuestra posición“. “No tenemos nada en contra de Hamás, ni Al fatah, nuestras relaciones son buenas con todas las facciones. Lo que pretendemos es concretar la unión del pueblo palestino“.  “Paso a paso, con la resistencia, hemos liberado Gaza y lo mismo haremos con los territorios ocupados en Cisjordania“, agrega.  Pero sus palabras encierran cierto rencor hacia Hamás,  pues denuncia que “mientras  ellos envían a sus lideres al Parlamento, nosotros mandamos a nuestros dirigentes a Tel Aviv, y a Jerusalén  para hacer sacrificios”.  “No voy a hablar en nombre de Hamás, pero está claro que tenemos que tener una opción estratégica  para enfrentarnos a  esta campaña de violencia que practica Israel contra el pueblo palestino“, sentencia.

No menos pesimista es la visión del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), el ala comunista de la OLP.  Así lo explica Rabah Mohanaz, portavoz de la oficina política del FPLP, “ Va a ser muy complicado el futuro político , tanto para la causa palestina como para las relaciones con occidente”. A su juicio, la presión exterior llevará a Hamás a moderar su posición política y se volverán más pragmáticos“. Y con esto, agrega, “termina como movimiento de resistencia”. Es lo mismo que les sucedió a los Hermanos Musulmanes de Egipto,  que dejaron su discurso radical, cuando entraron en política, explica.

Desde su posición laica, cree que la política de Hamás afectará a los asuntos de la mujer, la educación y los medios de comunicación, porque “al ser islamistas están en contra de las libertades y de que haya una apertura al mundo”. Debido a esto, explica, el Frente Popular,  a través de su  secretario general, Ahmad Sadat, que está en la cárcel, ha solicitado una reunión con todos las fuerzas políticas palestinas para  llegar a un acuerdo y crear un único programa nacional y por otro lado, reactivar las instituciones de la OLP. También han pedido a Mahmud Abás que convenza a Al Fatah para que se una a esta iniciativa, pues, en su opinión, “es la única salida al conflicto político y social”.

Por su parte, Mona El Farra, encargada del gabinete de Asuntos sociales del Frente popular,  sostiene que la victoria de Hamás “ha sido justa”, porque los islamistas “se han mantenido unido“, no como la izquierda que se ha dividido en varios partidos, que se han presentado por separado.  Además, reconoce el valor la labor social que ha llevado a cabo Hamás en los últimos años,  mientras que la izquierda se ha debilitado por intereses personales y  ha perdido la credibilidad del pueblo palestino.

Desde la sociedad civil, tampoco se tiene claro lo que va a pasar. El pueblo palestino ha apoyado a Hamás, pero muchos lo han hecho para castigar  la corrupción de Al Fatah. Y es que detrás de las banderas verdes de Hamás emerge el espectro de la pobreza, la inseguridad ciudadana y la violencia, que se ha saldado con la vida de miles de palestinos.

Jalil Mustafa Hasan, jubilado de 60 años, perdió a uno de sus seis hijos el 1 de octubre de 2004, cuando en una ofensiva israelí un misil le hizo saltar por los aires. Lo explica con voz apagada, mientras recuerda que su hijo Walid, por entonces, tenía 24 años y acababa de terminar  la carrera de Ingeniería en la Universidad Islámica de Gaza. Pero Jalil no sólo ha perdido un hijo, si no que además, el benjamín, Nabil, de 22 años, sufrió un accidente hace mes en una explosión, cuando se estaba celebrando una concentración de Hamás, con motivo de las elecciones. “ Es un camino sin esperanza, no quiero a Hamás en el Gobierno, prefería a Al Fatah, porque empezaron el proceso de paz. He perdido un hijo y otro está herido, quiero que haya buenas relaciones con Israel”.

La posición de Ahmad Hader, militar de los Servicios de Seguridad Nacional, también es clara: “Fatah puede servir mejor al pueblo palestino, porque  Hamás sólo va a servir a los suyos“.

Para Gada Hasin, de 31 años,  que trabaja como secretaria de la ANP en el terminal de Rafah, el nuevo gobierno significa perder su empleo. “No vamos a recibir más ayudas de la Unión Europea. Quiero conservar mi trabajo y mi forma de vida, y Hamás no me lo va a dar”, dice indignada.  “Tenemos un problema después de la victoria de Hamás, es una provocación contra occidente”,  subraya. Heba, que se declara socialista, sostiene que “Un Estado cuyo sistema  político se basa en la religión, no puede durar”.

En cambio, Heba Abu Handa, una musulmana que estudia Filología Inglesa en la Universidad Islámica de Gaza. se siente contenta con los resultados electorales. “Ya hemos visto  como lo ha hecho Al Fatah y su corrupción, ¿por qué no vemos cómo lo hacen los otros?. No podemos prejuzgar el programa de Hamás, ya veremos que es lo que pasa”. “El nuevo mañana“, que así es como denomina  ella la victoria de los islamistas, “traerá las esperanzas a  una  juventud que tenía “un futuro oscuro“. “ No se por qué la gente tiene miedo”, se pregunta, “yo hablo con extranjeros, delante de mi padre, tengo mis ideas, digo lo que pienso, y llevo hiyab”,  matiza, al tiempo que agrega “se confunde Islam con violencia”.

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