Doha trae la paz al Líbano

Beirut, 21 de mayo de 2008

Y las buenas noticias, por fin, llegaron a Beirut. Las facciones rivales libanesas se comprometieron ayer a acabar con un año y medio de crisis interna que ha llevado al país al borde de otra guerra civil.  Tras cinco días de arduas negociaciones en Doha, los líderes de la mayoría parlamentaria y la oposición prosiria alcanzaron un acuerdo que permitirá elegir al nuevo presidente libanés el próximo domingo y, posteriormente, formar un Gobierno de unidad nacional y la reforma de la Ley Electoral.  El diálogo interlibanés fue posible gracias a la mediación de la Liga Árabe y del país anfitrión, Qatar.

El pacto acordado  prevé  la elección del comandante del Ejército libanés, Michel Suleimán, como jefe de Estado para suceder a Emile Lahud, que abandonó el cargo el 24 de noviembre tras expirar su mandato. También permite la formación de un gobierno de unidad nacional compuesto por 30 miembros, de ellos 16 de la mayoría, 11 de la oposición -el tercio más uno, que permite a los opositores el derecho a veto-, mientras que los tres restantes serán nombrados por el presidente.  Asimismo, el Parlamento aprobará la ley electoral de 1960, con algunos cambios sobre la situación en Beirut, que prevén la división de la capital en tres circunscripciones y el reparto de sus 19 escaños entre los cristianos, los suníes y los chiíes.

Quién podría haberse imaginado que, cuando hace apenas dos semanas el único lenguaje era el de las armas, ahora el líder suní, Saad Hariri y el druso, Walid Jumblat iban a darle la mano a su adversario Hizbulá. Un número elevado de muertes ha sido necesario para que los dirigentes libaneses se sentaran en la mesa de negociaciones.

“Sin vencedores ni vencidos”, y con un compromiso por todas las partes de “no volver a utilizar las armas, bajo cualquier circunstancia, para conseguir objetivos políticos”, destacó el documento firmado por los representantes de la mayoría parlamentaria  y la oposición.

En su intervención, el primer ministro libanés, Fuad Siniora, que calificó el acuerdo de “histórico, subrayó que los distintos grupos “se han comprometido a aceptar al otro y a continuar el diálogo de modo democrático”.

Por su parte, el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, anunció en la sesión de clausura  el fin de la acampada de “desobediencia civil” que la oposición mantiene desde diciembre de 2006 en el centro de Beirut, al considerar “ilegal” el Ejecutivo de Siniora.

No había pasado ni una hora del anuncio oficial de Berri cuando los simpatizantes de  Hizbulá y del líder cristiano opositor, Michel Aoun,  empezaron a desmontar las tiendas de campaña levantadas en los alrededores del Gran Serrallo, el palacio del Gobierno.

“Nos marchamos; hemos conseguido el máximo esperado en las negociaciones”, explicó  Michel Chaderev, un portavoz del Movimiento Patriótico Libre, del General Aoun. “Si el Gobierno nos hubiera escuchado antes, no habría habido derramamiento de sangre”, lamentó Chaderev, quien adelantó que a media noche (de ayer) “ya no quedará rastro del campamento de la oposición”.

 

Share via emailSave on Delicious
Submit to reddit